
El joven rey Carlos VII de Francia había oído hablar de Juana y decidió ponerla a prueba. Él se pasó a las filas del ejército y dejó que uno de sus leales vasallos ocupara el trono. Cuando Juana entró en la sala, apenas dio reconocimiento al hombre que ocupaba el trono, pero de inmediato se dirigió a Carlos y se inclinó ante él como su rey. Esto impresionó al rey de tal modo que la puso al mando de sus 12.000 tropas.
Al principio los soldados franceses no querían obedecerla, pero al ver que todos los que la seguían triunfaban, y que los que la desobedecían fracasaban, llegaron a considerarla su líder. Vestida con una armadura blanca y portando su propia bandera, Juana de Arco liberó la ciudad de Orleans en 1429 y derrotó a los ingleses en otras cuatro batallas. Fue herida en dos ocasiones, pero cada vez se recuperó y siguió peleando. Sus órdenes parecían ser las de un genio militar.
Marchó hasta la ciudad de Reims, donde empuñó espada y bandera mientras a Carlos se le coronaba rey. Luchó en la Batalla de París hasta que fue capturada en Compiegne por aliados ingleses, quienes la vendieron a los ingleses por 16.000 francos. Se la encarcela, se la acusa de hereje y es quemada en la hoguera en 1431. Pese a ese triste final, éste no le resta a la grandeza de Juana, quien fue lo suficientemente valiente para seguir la inspiración personal a la que todos tenemos derecho. ¡no tengan miedo de ser diferentes en nuestro siglo!
A veces es necesario ser diferente...Repito, no tengan miedo de ser diferentes, pero sean lo mejor que pueden ser. Muchos se preocupan por la conducta de sus amigos y por la forma en que se visten. Esa conducta tal vez derive del deseo de ser aceptados por sus compañeros. Juana de Arco no se preocupó por lo que hacían sus amigos, más bien por lo que sabía que debía hacer. En nuestra sociedad actual veo a muchas personas que culpan a los demás por sus fracasos.
Me he dado cuenta de que aquellos que se hacen responsables de sus acciones tienen más éxito que los que culpan a otros por sus faltas y carencia de logros.
Me he dado cuenta de que aquellos que se hacen responsables de sus acciones tienen más éxito que los que culpan a otros por sus faltas y carencia de logros.